Título: No se supone: Roberta
Autor/a: Claudia A. Pérez R. | Serie: Autoconclusivo
Editorial: Autopublicado | Año publicación: 2019 | Páginas: 125
Géneros: Romance - Comedia - Contemporáneo
Mi calificación
Sinopsis
Es una mujer madura, independiente, “responsable” y sus prioridades en la vida distan del “Se casaron, y vivieron felices para siempre”. Ahora se permite hacer cosas que años atrás no haría ni de broma; como el sexo en la primera cita.
Claro que ha dejado de hacer otras; irse de parranda tres días seguidos, ni de broma…
Le advirtieron que al llegar a los treintas, tendría que comenzar a usar cremas antiarrugas, su metabolismo se alentaría, la resaca duraría dos días, y tendría que lidiar con el terrible "señora", pero nadie le advirtió que un Pollito, le erizaría la piel…
Ella es Roberta, acompáñala en esta divertida y “madura” historia.
Es una mujer madura, independiente, “responsable” y sus prioridades en la vida distan del “Se casaron, y vivieron felices para siempre”. Ahora se permite hacer cosas que años atrás no haría ni de broma; como el sexo en la primera cita.
Claro que ha dejado de hacer otras; irse de parranda tres días seguidos, ni de broma…
Le advirtieron que al llegar a los treintas, tendría que comenzar a usar cremas antiarrugas, su metabolismo se alentaría, la resaca duraría dos días, y tendría que lidiar con el terrible "señora", pero nadie le advirtió que un Pollito, le erizaría la piel…
Ella es Roberta, acompáñala en esta divertida y “madura” historia.
Hoy voy a contarles sobre “No se supone: Roberta” de Claudia A. Pérez R a quien agradezco por brindarme su libro para reseñar.
Realmente la historia me sorprendió porque a pesar de que la sinopsis tiene un adelanto de por dónde va la historia, tiene mucho más para contar de lo que aparece a simple vista y no quiero ser yo quien lo revele ya que creo que no hay nada más lindo que descubrir los pequeños secretos en las lecturas. Lo único en contra que voy a decir es que me confundía la forma de separación de las conversaciones mencionando el nombre de quien hablaba y creo que la historia merecía un poquito más de final.
Me sentí muy identificada con la protagonista porque creo que todas somos un combo de muchas emociones y situaciones que a veces no se ven en el día a día pero sin embargo, debajo de la capa, está oculto...
Roberta me encantó como personaje, es una mujer fuerte y decidida que vive su vida como quiere, pero que también tiene su lado tierno y cariñoso, lo que queda tan bien expresado entre estas páginas… ¿Pero qué pasa cuando la persona que nos mueve los cimientos es un chico once años menor? Un hombre que te hace sentir la mujer más sexy y poderosa del mundo… El pollito, o Armando, dice “Es una mujer en toda la extensión de la palabra, sé que no estoy a su altura, pero no voy a dejar de esforzarme hasta conseguirlo” y ¡vaya que lo hace! Realmente este chico es un sol, cada cosa que sale de él te hace quererlo pero, en el fondo, las diferencias entre ellos existen y se hace cada vez más patente, lo que sumado al paso del tiempo no hace que todo mejore…
“Se supone que las parejas ceden con tal de ver feliz al otro cuando se ama y yo lo quiero, en verdad lo quiero…”
Lejos de ser el estereotipo de mujer, Roberta tiene la mente abierta, vive a su manera la vida y el amor y es allí donde comienza el drama real de la historia, oculto entre palabras cariñosas que esconden más de lo que están dispuestos a admitir. Roberta decide dar libertad a cortar alas, a dejar de ser aquella persona por la cual “él se está siendo infiel a sí mismo” o arriesgarse a atraparlo sabiendo que al final perdería, por eso a veces, se acepta el amor libre, sin ataduras, para tener libertad siempre y cuando uno regrese a los brazos del otro.
“Me pierdo en sus pupilas oscuras […] me reconozco en esos ojos, soy su Beta.”
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